"Probablemente de todos nuestro
sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La
esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose." Julio Cortázar
Como verás esta entrada es un poco larga, pero quería compartir algo que me emocionó hasta las lágrimas. Hace unos días se realizó a través de todos los medios de
comunicación un anuncio que muchas personas esperaban impacientemente, mientras
otras habían perdido toda esperanza sobre la causa. Lo cierto es que
conmocionó por completo a todo el pueblo argentino, y la noticia hizo eco en
varios lugares del mundo: se trata de la aparición de Guido Carlotto, el nieto
de Estela de Carlotto.
Si no naciste en Argentina puede no hayas escuchando nombrar seguido a esta mujer, y quizás tampoco sepas qué
situación la llevó a la búsqueda desesperada de su nieto durante más de 35
años. Acá te quiero contar un poco de qué se trata.
Estela
de Carlotto era una maestra de escuela primaria y ama de casa sin ninguna
actuación pública, con cuatro hijos; cuando en noviembre de 1977 fue
secuestrada su hija Laura Estela Carlotto, en momentos que gobernaba el país la
dictadura cívico-militar autodenominada Proceso de Reorganización
Nacional (1976-1983).
Tres de los hijos de Carlotto participaban en
política: Laura Estela, estudiante de Historia de la Universidad Nacional de La
Plata, militaba en el peronismo, Claudia pertenecía a la Juventud Universitaria
Peronista y Guido
Miguel integraba el centro de estudiantes de su escuela secundaria. El 5 de agosto de 1977 las fuerzas
armadas secuestraron a su esposo Guido Carlotto, que fue liberado luego del
pago de 40 millones de pesos (equivalentes a 30.000 dólares de esa
época), luego de haber sido torturado.
A finales de noviembre de 1977, Laura,
embarazada de tres meses, fue secuestrada. Fue mantenida con vida en el centro
clandestino de detención ‘La Cacha’, en la ciudad de La Plata, hasta el parto, ocurrido en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978.
Carlotto hizo gestiones para la liberación de
su hija, y llegó a entrevistarse con el general Reynaldo Bignone, que le dijo que Laura no iba a permanecer
con vida. En abril de 1978 una
compañera de cautiverio de su hija, que había sido liberada, le informó que
Laura estaba aún viva y embarazada.
“Laura nos mandaba a decir que le daban de comer un poquito
mejor y que el bebé iba a nacer en junio de ese año, y que si era varón lo iba
a llamar Guido, como su papá. Y que yo lo buscara en la Casa Cuna.”
En abril de 1978,
Estela de Carlotto comenzó a participar en las actividades de las Abuelas de Plaza de Mayo. El 25 de agosto de 1978 Estela fue convocada por los militares y le fue
entregado el cadáver de su hija.
"La enterramos el 27 de agosto en La Plata. Y el 30 de
agosto me jubilé, con una hija asesinada y un nieto que no sabía si existía o
no. Me enojé con Dios, me enojé con Jesucristo... Yo había rezado tanto, había
hecho promesas... Pero me duró poco el enojo, porque me dije que no es Dios,
son los hombres los que hacen estas cosas, no Dios... A pesar de todo mi fe
está enterita. Será porque no tengo rencor, no tengo sentimientos que me
envenenan.
(…)
Buscando información sobre otros chiquitos en el año 80 me encuentro con gente
en San Pablo (Brasil), cuando venía el papa, y ahí una chica me empezó a hablar
de una chica liberada llamada Rita que había tenido un nene varón, a quien
habían liberado el 24 de agosto en las últimas horas de la noche para que se
encontrase con su familia y su hijito. Cuando me contaba que esa chica Rita
tenía un papá con negocio de pinturas me di cuenta de que estaba hablando de
Laura. «Mirá, vos estás hablando de Laura, mi hija, pero mi hija no fue
liberada; mi hija fue asesinada», le dije. «No, a Rita la liberaron ―contestó―, si la hicieron bañar,
cambiar... Yo le ofrecí
un corpiño
de encaje negro para que se llevara de recuerdo... A esa chica la liberaron. La
sacaron con Carlitos, un compañero». Y yo dije: «Sí, justamente hubo dos
muertos. Me la entregaron muerta»."
Estela comenzó
entonces a buscar y exigir la aparición de su nieto y de los demás niños. De
esta forma se convirtió en la presidenta histórica de “Abuelas de Plaza de Mayo”, una organización de derechos
humanos que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias
todos los niños secuestrados-desaparecidos durante la dictadura militar, crear las condiciones para
prevenir la comisión de ese crimen de lesa humanidad y obtener el castigo correspondiente para todos los
responsables.
“Laura en el cautiverio dijo: «Mi mamá no les
va a perdonar a los milicos lo que me están haciendo. Y los va a perseguir
mientras tengas vida». Lo cual significaba que me conocía más que yo misma
porque yo no era mujer heroica. Nunca había participado en nada. Era una mujer
con un origen de clase media baja, criada en épocas dulces si se quiere; nunca
me iba a imaginar que iba a seguir toda mi vida a esto.”
Estela escribió varias cartas para su nieto Guido, pero la que le escribió cuando cumplía 18 años contiene algo especial:
“Despertarás
un día sabiendo cuanto te quisimos y te queremos todos. Y preguntarás un día ‘¿dónde
puedo hallarlos?’. Y buscarás en el rostro de tu madre el parecido y descubrirás que te gusta la ópera, la
música clásica o el jazz (¡qué antigüedad!) como a tus abuelos. Escucharás
Sui Generis o a Almendra, o Papo, sintiéndolos en lo profundo de tu ser porque
así lo sentía Laura. Despertarás, querido nieto, algún día de esa pesadilla, y
nacerás para tu liberación. Te estoy buscando.”
Ignacio Hurban, cuyo nombre para la familia es Guido Carlotto, recuperó su identidad el 5 de agosto de 2014, cuando tras una comprobación de ADN hecha voluntariamente por él se sumó a la lista de nietos recuperados, siendo el número 114. Tras una incansable lucha que duró más de 34 años, Estela pudo abrazar un "pedacito" de su hija Laura.
Ignacio es actualmente
el director de la Escuela Municipal de Música "Hermanos Rossi" del
municipio bonaerense de Olavarría, ciudad en la que es reconocido como un
importante compositor y tecladista. El hombre de 36 años compuso la canción “Para la memoria” y la publicó nada menos
que el 24 de marzo de este año en Bandcamp, donde escribió que “el ejercicio de no olvidar
nos dará la posibilidad de no repetir”. Tal como lo había pronosticado
su abuela, heredó de sus papás el profundo amor por la música y las ganas de
luchar por los derechos humanos.
Está casado y tiene dos hijos. Se crió con una familia a
la que quiere muchísimo, y jamás había sospechado ser adoptado hasta hace poco
tiempo. Ahora es trabajo de la justicia nacional investigar cómo se apropiaron
de él.
Lo cierto es que la alegría que desborda a su familia materna Carlotto, y a su familia paterna Montoya, quienes también habían perdido a un hijo varón durante la dictadura; probablemente no tenga fin. Ignacio está tratando de comprender de a poco quién fue todo este tiempo sin saberlo, pero la sangre irremediablemente lo une a sus raíces.
"En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un
ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la
amnesia obligatoria." Eduardo Galeano
9 comentarios:
la verdad que es una historia emocionante.... y nunca lo leí mejor explicado que por acá...
pregunta: ¿por que la margarita de arriba? salu2...
Los proyectos llegan a ser grandes gracias a personas que una vez, como tú, se pararon a leer esto.
No quiero hacer spam, no quiero molestarte, no quiero que te enfades. Simplemente, si esto no te interesa, elimínalo de tu blog u obvialo.
La cosa es que he empezado un gran proyecto, innovador, referente al mundo de las letras, con el que pretendo moverme e ir un paso más allá. Si le das una oportunidad solo tienes que curiosear por aquí: https://www.youtube.com/channel/UChgeXds_faskX1CX9o7Gl9g
Y si te gusta lo que ves, compártelo con tus amigos, con gente a la crees pueda interesarle, o simplemente dímelo mediante un comentario que agradeceré de corazón.
Muchas gracias por tu paciencia y tu atención,
Alicia.
Emocionante leerte. Ojalá todos cobremos dimensión sobre lo que significa una dictadura. Un abrazo.
qué historia más interesante, me parece fascinante <3
wow que historia!!! :D
Lo que he llorado no tiene nombre. Que feliz me hace ver esos rayitos de luz filtrándose por Argentina.
Vos sos uno de ellos, iluminame.
Una idea interesante...
Saludos.
Ceci. Esta historia me ha conmocionada muchísimo.
Al ser de España desconocía este caso, y me ha hecho pensar sobre la capacidad que tenemos las personas para superarnos. Para encontrar lo que buscamos.
Un besazo y gracias por haberlo compartido con nosotros
En realidad nunca había oído hablar de todo esto pero me ha encantado:)
Besos
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